“Todo en este libro es extraño, hasta los monosílabos del índice” (J. L. Borges).
Y sí, doy fé de las palabras de Borges.
Llegué a esta novela impresionado por las ilustraciones que había hecho Alejandra Acosta en la edición de Libros del Zorro Rojo. Leí la sinopsis, me terminó de llamar la atención y me hice con ella, sin esperar que fuera una novela de lectura muy difícil, hasta el punto de que la misma reseña que acabo de escribir me ha resultado tremendamente complicada.
